Mg Liliana Zacañino
I Jornadas Juegotecas en Salud
Ponencia presentada en Panel “Las juegotecas en la
agenda pública”
2015
Cuando
pensamos esta mesa donde nos encontraríamos las Juegotecas que funcionan en el
ámbito del GCBA rápidamente nació el título: Las Juegotecas en la agenda
de las políticas públicas. Tres ministerios, tres equipos defendiendo el lugar
de lo lúdico en las políticas.
El título
de este panel nos remite a un EN... Juegotecas EN… Este EN remite a espacios…
nos habla de adentro–afuera; cerca–lejos; tuyo–mío, de todos–de nadie; público–privado,
del gobierno–de la comunidad. Alude a un
rincón, una esquina, un pasillo, unas veredas, un comedor, un SUM. Espacios que
hemos ido creando, recreando, inventando muchos de nosotros en efectores de
salud a partir del deseo y de la necesidad de habilitar lugares donde habite el jugar. Se trata de dispositivos diferentes
que sostienen lo lúdico, sin darnos cuenta, la mayoría de las veces, que esos
espacios enmarcan actos políticos.
Nuestras intervenciones son un Acto
Político en tanto interrumpen la desigualdad, desnaturalizan
los lugares inamovibles, desacomodan destinos supuestamente dados. Político,
porque abren lugares inéditos y hacen escuchar palabras en quienes parecían no
tenerlas. Político, porque emancipan. Político, porque subjetivan.
Cuando el
juego irrumpe da voz y permite tener parte, tomar parte y ser parte:
participación que potencia y genera igualdad. Jugar constituye un acto de emancipación porque al hacerlo se
constituyen los sujetos.
Jugar como derecho.
Hablamos de
un derecho que se anuncia desde distintas paredes de las instituciones, un
derecho que exige políticas públicas que lo hagan efectivo. Desde el discurso
jurídico la existencia de un derecho implica una atribución y abre un campo de
obligación. Pero obligación ¿de quién?, ¿del jugador?, ¿de los adultos que
deben posibilitar la existencia de espacios y tiempos genuinos de juego?, ¿obligación
de transmitir el placer y la pasión por jugar?
¿Cómo es
posible pensar políticas públicas que tiñan de juego la vida cotidiana de los
sujetos?, ¿cómo decretar en las prácticas diarias la importancia del verbo
jugar?
Nos
gustaría proponerles traducir el derecho
al juego como derecho a jugar. Este pasaje del sustantivo “juego” al verbo jugar
se sostiene en la idea de experiencia como “eso que me pasa”, enunciada
por Larrosa. La experiencia me forma y me transforma. La experiencia supone que
el acontecimiento me afecta a mí, que tiene efectos en mí, en lo que yo soy, en
lo que yo pienso, en lo que yo siento, en lo que yo sé, en lo que yo quiero. No
hay experiencia, por tanto, sin la aparición de un alguien, o de un algo, o de
un eso, de un acontecimiento en definitiva.
Jugar, como verbo, se vuelve una
acción imprescindible: uno de los elementos básicos
para el desarrollo de las personas, ubicándolo en la misma línea que la
nutrición, la salud, la vivienda y la educación. Proponerles jugar
es parte de lo que debemos transmitir, es parte de lo que significa enseñar a
ser un sujeto social miembro de una cultura particular.
El verbo jugar no admite la conjunción del
imperativo. No se puede ordenar “¡Jugá!”. Es una acción que debe acompañarse, que
necesita de una actividad intersubjetiva.
El juego se
aloja en los humanos en un espacio entre el deseo y la necesidad. Eso lo
hace muy poderoso e indispensable, a lo largo de toda la vida. Lo podríamos
incorporar a la gama de pulsiones básicas: la reproductiva, la alimenticia y la
narrativa. No se trata sólo de que las psiques de las personas queden
seriamente dañadas si no hay juego en su infancia - jugar es una necesidad- sino
que también deseamos el juego, en tanto y en cuanto nos proporciona placer, nos
empuja, nos mueve a la acción.
El juego no es sólo cosa de niños.
La comunidad entera está
involucrada cuando se habla de jugar. Es una cuestión del presente, del pasado
y del futuro. Por un lado, la cultura se transmite por medio del juego, por
otro, los niños y las niñas jugando se forman como ciudadanos ya que el jugar se
ejercita en libertad y autonomía.
Jugar juntos implica para los
jugadores representarse, de forma simultánea y colectiva, el significado de las
acciones que cada uno lleva a cabo en el desarrollo del juego, y aceptar la
complicidad o reciprocidad que cada juego conlleva. “Esto lleva tiempo,
repetición y requiere de jugadores expertos que faciliten la comprensión del
sentido. (Sarlé P., Rodríguez Sáenz I., Rodríguez E., 2010).
Pensar el
jugar para todos, implica poner la atención en la actitud lúdica: la capacidad
de crear un entorno propicio para que el juego despliegue su poder
transformador. Tiene que ver con la creatividad, la flexibilidad, el humor,
la pasión, el amor, la curiosidad, la empatía, la comunicación. Definimos la
actitud lúdica como aquel gesto o mirada
que llega al destinatario invitándolo a ingresar a una atmosfera lúdica.
“Es
no estereotipar, es mover el orden de las cosas, inventar caminos, transformar
la mirada, simbolizar, movilizar reglas, convenir, crear, que en última
instancia, es, al fin, la gran operación del sentido…” señala González
(2007)
Programa
Juegotecas en Salud: sus acciones como acto político.
Ambos dispositivos nos han permitido ubicar los
espacios lúdicos en las agendas públicas. El programa ha potenciado las
Juegotecas existentes, sin embargo aún no es reconocido como programa central
por todos los efectores de salud ni se promueve una reglamentación que lo
fortalezca.
la certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída un paso de danza,
del miedo una escalera,
del sueño un puente,
Volvamos a
nuestra primera idea acerca de los espacios… Tradicionalmente cuando
se nombra una institución de salud se la relaciona con la enfermedad. La
apuesta es, entonces, recuperar la dimensión de niño-sujeto, adulto-sujeto más
allá de un cuerpo enfermo a ser sanado. Sostenemos la idea de que quien no puede jugar enfermará
irremediablemente. Se trata de concebir a los espacios de juego como espacios
de salud.
El Programa
Juegotecas en Salud, del Ministerio de Salud del GCABA, surge como una
propuesta que impulsa todas las acciones que permitan el acceso al juego, que
difundan su valor, que se comprometan con su promoción. Nuestro
desafío es resignificar la actitud lúdica en los espacios de salud. En otras
palabras, el Programa sostiene el desarrollo de actividades que entrañan
aceptar la consigna de dar lugar a la posibilidad de jugar en cada uno de
ellos.
Nuestro Programa tiene la característica de
haber nacido de experiencias que ya se desarrollaban en espacios lúdicos en
diferentes Centros de Salud. Las juegotecas que ya
funcionaban necesitaban tener una reglamentación que le diera marco a sus
prácticas. A partir de encuentros entre referentes de algunas de ellas, se fue
construyendo el Programa que da legalidad y amparo a todas las Juegotecas existentes,
incluyéndolas como política pública.
Durante
estos años de trabajo nos preguntábamos cómo hacer para estar en las agendas públicas,
cómo “abrir cancha” en las instituciones de salud. Hemos encontrado dos territorios
fundamentales para lograrlo: la Semana
del juego y la salud y los dispositivos de formación de los profesionales.
La Semana del Juego y la Salud implica aceptar
la consigna de instalar la posibilidad de jugar en cada uno de los efectores de
salud durante siete días: detener durante un rato la cotidianeidad de los
hospitales y centros de salud. Se trata de nada más ni nada menos que irrumpir
en la rutina cotidiana de las prácticas que se desarrollan en Salud con algo de
lo lúdico. Cada espacio a su modo propone
detenernos a jugar....Por un rato, fichas, tableros, rompecabezas, juegos de
palabras circulan por halls y pasillos de las instituciones.
Otra
desafío fue abrir y sostener espacios de formación para los
profesionales, donde resignifiquen el lugar del juego en la salud. Donde al
mirarse y encontrarse con otros colegas lúdicamente se produzca un nuevo
conocimiento que transforme nuestras prácticas.
Nuestra
convicción es que todos los sujetos construyen el conocimiento como respuesta a
problemas desafiantes para ellos y por la interacción con el objeto de
conocimiento y con otros sujetos. Esta afirmación nos condujo a preguntarnos ¿Cuáles son las interacciones que son necesarias
o conveniente propiciar cuando se trata de formar profesionales en relación con
lo lúdico? ¿Cuáles son los problemas que
resultan desafiantes en el jugar?
En las
capacitaciones asumimos el reto de lograr interrogar las prácticas en Salud,
desafiar las rutinas, plantear nuevos problemas, instalar nuevos debates,
recuperar historias lúdicas e iniciar otras; transmitiendo saberes y
experiencias.
Utilizamos
como estrategia formativa las situaciones de “doble conceptualización” es decir
el juego como centro de la escena para luego poder conceptualizar tanto lo
jugado como las características de la situación en la que han participado,
tomar conciencia de cuáles son las acciones/intervenciones ineludibles cuando
se trata de un espacio lúdico en instituciones de salud. Es decir, las
propuestas lúdicas que se desarrollan en las capacitaciones constituyen la
herramienta privilegiada para la formación de un coordinador de Juegotecas.
Permite abordar la complejidad del objeto que se quiere estudiar.
Después de 12
años, hoy estamos aquí compartiendo estas reflexiones con ustedes en estas
primeras Jornadas porque como dice Pessoa "De todo, quedaron tres cosas"
la certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída un paso de danza,
del miedo una escalera,
del sueño un puente,
de la búsqueda…un
encuentro.
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