viernes, 12 de marzo de 2010

Un lugar donde la espera se vuelve productiva y divertida


El equipo multidisciplinario de la juegoteca de la maternidad Sardá
Foto: LA NACION / Andrea Knight




En la juegoteca de la maternidad Sardá los chicos juegan, pero también aprenden

Hacer del tiempo que los chicos pasan en la sala de espera del médico un momento realmente productivo -donde jueguen, se sientan contenidos, pero también aprendan y puedan ser evaluados en un ambiente menos contracturado que el consultorio del
pediatra- es la meta que persigue la reciente reinauguración de la juegoteca de la maternidad Sardá.

Allí, en sus Consultorios Externos de Pediatría, funciona desde hace poco más de un mes esta juegoteca en la que, solos o acompañados por sus padres, los chicos participan de los juegos que proponen las psicopedagogas que la coordinan.
"La idea es ocupar ese tiempo ocioso que los chicos pasan en la sala de espera, para que sea más productivo -dijo la licenciada Gabriela Tortosa, socióloga de la Sardá-. Muchos de los chicos que vienen pertenecen a familias vulnerables, en las que los papás están preocupados por la urgencia de lo cotidiano y en las que no hay un tiempo destinado específicamente a la recreación o al juego."
"A muchas mamás que se acercaban a la juegoteca las teníamos que invitar a pasar, porque pensaban que no se podía jugar con un bebe de 1 o 2 meses; no tenían incorporado en su imaginario que se puede jugar",
comentó Silvana Vivas, profesora de educación especial y coordinadora de la juegoteca.
"La juegoteca es un lugar donde el niño va a aprender a jugar", agregó la doctora Norma Aspres, jefa de Consultorios Externos de Pediatría. "Como los papás también ingresan a la juegoteca, tratamos de incorporarlos a los juegos. No sólo porque el juego permite que se relacionen mejor con sus hijos, sino porque los juegos que juegan en la juegoteca se pueden luego reproducir en el hogar."
Otra de las costumbres que apunta a estimular la juegoteca es la de la lectura. "Tenemos una biblioteca ambulante, en la que los chicos puedan llevarse los libros a sus casas, y los traen luego en la siguiente consulta -contó Silvana Vivas-. La experiencia que estamos teniendo es que los libros vuelven."

Ver lo que no se ve

La reinauguración de la juegoteca, que permaneció cerrada durante meses por falta de recursos, fue posible gracias al aporte de L´Oréal Argentina, que en el marco de la conmemoración del centenario de la compañía encaró la remodelación y el equipamiento de la juegoteca, así como asumió la contratación del personal que la coordina.
A la juegoteca concurren chicos de distintas edades. "En nuestros consultorios de pediatría vemos hasta el mes de vida a chicos que nacieron a término sanos, pero también realizamos seguimiento de chicos más grandes, como los nacidos prematuros, por ejemplo, que seguimos hasta que cumplen los 6 años", dijo la doctora Aspres.
La juegoteca, señalan sus coordinadoras, no es un pelotero, donde se deja a los chicos sólo para que jueguen... "Está coordinada por gente capacitada, capaz de ver a través del juego si un niño tiene un retraso del desarrollo, para luego transmitírselo a su pediatra."
"Si vemos que algún chico tiene alguna dificultad o problema, nos acercamos a su pediatra y se lo comentamos -explicó Vivas-. Hemos visto, por ejemplo, que un chico que estaba en tratamiento fonoaudiológico, y que no hablaba, en la juegoteca, que es un lugar más relajado que el consultorio, empezó a decir palabras."

Sebastián A. Ríos
Nota Publicada en LA NACION 05.11.2009

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